Judith estaba enferma. Todos lo sospechaban. Nadie se atrevía a reconocerlo.
Judith vivía en una mentira. Pensando que su forma de pensar era correcta. Creyendo que ella era normal.
No podía estar más engañada.
(Pobrecita Judith...)
Porque siempre nos quedará París.
© ESCRIBIENDO BAJO LA LLUVIA - Designed by Caroline Moore, Blogger templates by Blog and Web.
Me gusto mucho esta entrada como que me dejo pensando.